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¿La clave del bienestar temporal frente a la saturación urbana?
Enero 2024
El experto
En un contexto en el que las necesidades materiales están generalmente satisfechas, aumenta el deseo de bienes inmateriales (Inglehart 2000). El tiempo libre, que puede gestionarse de forma autónoma, es uno de ellos, como subraya el actual debate sobre la semana de cuatro días.
Sin embargo, alcanzar un buen nivel de "bienestar temporal" requiere mucho más que tiempo libre. Cómo influye en nuestra percepción del entorno vital y cuáles son los factores determinantes de esta percepción, sobre todo en las ciudades, donde el ritmo puede parecer más intenso (Faburel y Girault 2020), donde la "saturación" de las agendas va acompañada de otros fenómenos de saturación de los espacios, las infraestructuras y nuestros sentidos.
El reto de la calidad de vida urbana
Supongamos que los distintos fenómenos de saturación identificados contribuyen a la pérdida de atractivo de los centros urbanos densos y, por tanto, al fenómeno de la "dispersión urbana" (Marie et al. 2022:17). Sin embargo, su densidad y mezcla se consideran generalmente beneficiosas desde el punto de vista del desarrollo sostenible (IPCC -:2.6; Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, y División de Población 2019), al permitir una amplia diversidad y oferta de servicios en proximidad y a menudo con horarios de apertura más amplios (por ejemplo, Guez et al. 2018). La percepción de una saturación temporal más intensa en las ciudades parece paradójica en este contexto.
Nuestra investigación doctoral aborda tanto esta paradoja del bienestar temporal en la ciudad [1] como la influencia del nivel de "bienestar temporal" en nuestra percepción de la saturación diaria. ¿Y si el bienestar temporal fuera una de las palancas que podrían contribuir a una vida urbana atractiva manteniendo el modelo de ciudad densa y mixta?
La dimensión temporal del bienestar
Desde los años noventa, el concepto de "bienestar temporal" está muy extendido, sobre todo en las políticas públicas alemanas: der Zeitwohlstand. Se trata de un concepto que aún no se ha teorizado (Reisch 2002) y que todavía no se ha establecido en francés. El término alemán "Wohlstand" hace referencia a un nivel de vida confortable con seguridad económica (Duden s.f.), a menudo traducido como "prosperidad" en francés (Larousse s.f.). El sociólogo Jürgen Rinderspacher subraya el paso de la prosperidad material a la atención prestada a los bienes intangibles y sociales -incluido el tiempo- en torno a la década de 1980 (Rinderspacher, 2002). Con vistas a una comprensión cualitativa del tiempo, parece más apropiada la traducción "bienestar temporal": "un sentimiento general de placer, de plenitud que proviene de la plena satisfacción de las necesidades del cuerpo y/o de la mente" (CNRTL s.f.).
Diversas investigaciones han contribuido a identificar los factores determinantes del bienestar temporal. Cinco criterios son recurrentes (por ejemplo, Geiger et al. 2021; von Jorck et al. 2019; Mullens y Glorieux 2020; ReZeitKon 2021; Rinderspacher 2002):
- cantidad y calidad adecuadas de tiempo libre (Mullens y te Braak 2023)
- tiempo adecuado por actividad (Rosa 2005, 2018)
- autonomía suficiente para seguir el propio ritmo
- coordinación del tiempo individual y colectivo (sincronización con los seres queridos o desincronización en horas punta)
- suficiente planificación y previsibilidad a lo largo de la vida (Garhammer 2002).
Como las investigaciones citadas se centran en el eje temporal del bienestar, no pueden tener en cuenta el contexto espacial de las personas implicadas, como su lugar o lugares de trabajo o residencia. Un enfoque holístico de este tipo requiere un método de análisis espaciotemporal que tenga en cuenta los ritmos y las limitaciones cotidianas, sin dejar de considerar el entorno específico. Este es el objetivo de nuestra investigación actual.
Un alegato para cuestionar tanto nuestros tiempos como nuestro espacio
Abogamos por cuestionar nuestros tiempos y ritmos cotidianos del mismo modo que estamos acostumbrados a hacerlo con nuestros espacios de vida o de trabajo. Aunque el tiempo parezca a menudo una restricción "externa" de carácter normativo (Tabboni 2006) y su organización requiera la colaboración de un gran número de actores, esto no lo distingue necesariamente de la organización del espacio.
El mundo laboral, como gran organizador de nuestro tiempo (cantidad de tiempo libre y movilidad, restricciones a la autonomía, etc.), tiene un gran potencial en términos de bienestar temporal. Así pues, sigamos experimentando y debatiendo sobre cómo organizar nuestro tiempo y lugar de trabajo, como fuentes de bienestar.
[1] Potencialmente vinculado al fenómeno del "rebote temporal" (Erdmann, Cuhls y Priebe 2022; Geiger et al. 2021), también descrito como "ciclo de aceleración" (Rosa 2018).
Fecha de publicación Enero 2024