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Teletrabajo: ¿revolución o revelación de las grandes tendencias inmobiliarias?
Marzo 2024
El experto
Desde el primer confinamiento, el mundo inmobiliario se pregunta por los llamados nuevos lugares de residencia y trabajo de los franceses. Tanto concejales como promotores han visto una oportunidad para reequilibrar el territorio francés, históricamente centralizado en torno a París. Sin embargo, las primeras tendencias postcovídicas no apuntan a un mundo nuevo. ¿Y si la pandemia no ha sido más que una revelación y no una revolución en las grandes dinámicas territoriales de los mercados residencial y de oficinas? ¿Está el teletrabajo cambiando realmente las reglas del juego en Francia?
El teletrabajo ni es nuevo, ni está a punto de democratizarse, ni está a punto de desaparecer.
Legislada por el Gobierno francés en 2012, la práctica del teletrabajo se inscribe de hecho en una transformación más profunda de las actividades de oficina. Pascal Picq lo considera "un choque exógeno en un proceso endógeno". Según el INSEE, sólo la región de Île-de-France cuenta con un 50% de empleos que pueden teletrabajarse. Por tanto, el teletrabajo no es para la mayoría de los trabajadores. Además, las prácticas de gestión de las empresas, su tamaño, su sector, las preferencias de los trabajadores y la legislación son otros tantos criterios a tener en cuenta.
Cartografía regional de los empleos teletrabajables
Fuente: Mathieu Obertelli a partir de datos del INSEE
Además, la práctica del teletrabajo ha ido disminuyendo desde el primer confinamiento. Según la DARES, la proporción de teletrabajadores que teletrabajan al menos una vez a la semana descendió del 40% al 24% entre marzo de 2020 y diciembre de 2021. Sin embargo, la desaparición del teletrabajo es poco creíble, dado que se trata de un beneficio a menudo reservado a los directivos. Según Obsoco, más del 50% de los directivos en Francia dicen teletrabajar al menos una vez a la semana, frente al 15% de los empleados. El teletrabajo sigue siendo, por tanto, un argumento para la contratación de trabajadores cualificados, y estos últimos están muy vinculados a él.
El teletrabajo no significa éxodo urbano
Todavía es frecuente oír en la radio, ver en la televisión o leer en las redes sociales que la pandemia ha expulsado a la gente de las grandes ciudades hacia el campo. Sin embargo, los diversos estudios realizados por los investigadores de POPSU demuestran que este fenómeno es marginal, ya que la mayoría de las personas se desplazan entre ciudades: dejan una ciudad muy grande por otra más pequeña, siempre que satisfaga la mayoría de sus necesidades. De hecho, el traslado más habitual es de una gran ciudad a las afueras, donde las viviendas son más grandes y baratas. Se trata de un fenómeno clásico de "periurbanización", que afecta especialmente a las metrópolis.
En cambio, la pandemia ha puesto de relieve un fenómeno en gran medida oculto hasta ahora: como demuestran Bouba-Olga y Grossetti (2018), no todas las metrópolis son necesariamente atractivas, y los municipios atractivos no son necesariamente metrópolis. Según datos del INSEE, en los últimos 50 años, 11 de las 22 áreas metropolitanas han visto cómo se iban más residentes de los que llegaban. La metrópoli que más habitantes ha perdido es... ¡París! Además, es engañoso pensar en términos de "tamaño de la ciudad" y no de superficie regional. Los municipios del noreste de Francia siguen teniendo dificultades para atraer residentes, mientras que los del sur y el oeste aprovechan su litoral para hacerlo.
La centralidad sigue siendo fundamental en las estrategias de localización de oficinas
El teletrabajo se inscribe en una política de flexo-oficina, es decir, de reparto de los puestos de trabajo, con el fin de optimizar la superficie alquilada por las empresas, que representa su segunda partida de gastos después de los salarios. La reducción de la superficie alquilada por las empresas las lleva a trasladarse a un lugar más accesible y con más comodidades, con vistas a contratar y atraer a nuevos trabajadores.
La región de Île-de-France ilustra bien este fenómeno. En una región en la que la demanda de metros cuadrados alquilables disminuirá un 17,5% de aquí a 2023, el CBD se encuentra en un estado de forma insolente. Nunca ha tenido una tasa de vacantes tan baja (menos del 3%) y unos alquileres tan elevados (1.000 euros/m²/año prime). Todo lo contrario ocurre en los suburbios del este, donde los alquileres están bajando y la vacancia se disparará a más del 20% en Saint-Denis en el 3er trimestre de 2023, según Immostat.
En resumen, el teletrabajo no es un fenómeno generalizado. Aunque ha acelerado la marcha de algunos residentes, sobre todo en la capital, esta tendencia dista mucho de ser nueva. También es engañoso concluir que se está produciendo un reequilibrio del territorio francés. Si nos fijamos en las estrategias de localización de las empresas, nunca han apostado tanto por la centralidad en la región parisina... Así que no hay nada nuevo bajo el sol.
Bibliografía
- OBSOCO, IDHEAL, ACTION LOGEMENT (2023) : L’observatoire du télétravail. Au bureau sans bureau.
- Bouba-Olga, O. & Grossetti, M. (2018.). La mythologie CAME (Compétitivité, Attractivité, Métropolisation, Excellence) : comment s’en désintoxiquer ? HAL
- Picq, P. (2020). Les chimpanzés et le télétravail. Edition Eyrolles.
- PUCA-POPSU (2022)., Exode urbain : impacts de la pandémie de COVID-19 sur les mobilités résidentielles », Le Réseau Rural Français et le Plan Urbanisme Construction Architecture. 2022.
- Sostero M., Milasi S., Hurley J., Fernández-Macías E., Bisello M., Teleworkability and the COVID-19 crisis: a new digital divide?, Seville: European Commission, 2020, JRC121193.
Fecha de publicación Marzo 2024