El atractivo del entorno laboral, ¿un nuevo paradigma para los entornos deseados?

El experto

La primera etapa de la reflexión consistió en cualificar la relación con el trabajo y definir una visión objetivo. Se abordaron ampliamente las cuestiones relacionadas con el ritmo de trabajo: equilibrio vida privada/vida  profesional; exceso de trabajo, etc. Al mismo tiempo, las organizaciones constatan que sus instalaciones no siempre están ocupadas de forma óptima y se preguntan si son capaces de responder a las necesidades de sus empleados. Al mismo tiempo, las organizaciones constatan que sus instalaciones no siempre están optimizadas en términos de ocupación y se plantean una posible reducción de esos espacios. Por último, las cuestiones medioambientales plantean interrogantes: ¿y si mañana el reto ya no fuera controlar el impacto de nuestras actividades, sino protegernos de un entorno que se ha vuelto hostil?

La visión que surgió de estas preguntas es una organización del trabajo basada en "tribus de proyectos". Estas tribus se componen y recomponen a lo largo del tiempo en función del desarrollo de los proyectos. Los colaboradores pueden tener ritmos diferentes: algunos alternan periodos de trabajo muy intenso con periodos de descanso, mientras que otros optan por trabajar a un ritmo más moderado y repartir su trabajo a lo largo de todos los días de la semana. Estas nuevas formas de hacer las cosas juntos dan lugar a dos tipos de "edificios de vecindad": los edificios de barrio y los edificios de territorio. Mientras los primeros se incrustan en el corazón de una comunidad, los segundos se erigen como un espacio excepcional en una ciudad globalizada.

Los edificios del distrito se componen de diferentes volúmenesLos volúmenes más importantes son los que encarnanla marca y la razón de ser de la empresa. Los volúmenes que conectan la organización con la ciudad son transparentes para mostrar lo que ocurre e invitar a entrar. Una vez dentro, el recorrido está coreografiado para sumergirle en la especificidad de la imagen de marca. Como lugares de contacto entre la organización y su ecosistema, los volúmenes conectores pretenden convertirse en verdaderas ágoras, lugares de debate y construcción conjunta de proyectos. La razón de ser, se encuentra en los volúmenes centrales, que se añaden a los anteriores. Se trata de añadir todos los espacios que garanticen el cumplimiento de la promesa y la coherencia de la oferta de servicios (y sus espacios asociados. Lo primordial aquí es que un entorno de trabajo no sólo se compone de puestos de trabajo, sino también de espacios de colaboración y socialización, y que la proporción de espacio que se les asigna debe revisarse en favor de espacios que sirvan a la finalidad.

Los lugares de trabajo "clásicos" son volúmenes de proyecto. Se diseñan a través de los tres prismas de un entorno de trabajo satisfactorio: en primer lugar, hay que garantizar el confort físico, después el funcional y, por último, el psicológico. Para ello, hay que invertir en el espacio y ofrecer instalaciones de calidad tanto por lo que son como por su diversidad. Después, hay que liberar los usos de estos espacios. Esto significa que cada cual debe poder utilizarlos a su manera, según sus preferencias y necesidades. Por último, hay que gestionar estos espacios: es necesario anticipar las visitas, generar reuniones, crear eventos, etc.

En los edificios, los volúmenes de los proyectos se dedican a una organización o se comparten. Esto permite adaptar la oferta en función de las necesidades de los proyectos. Se proponen diferentes soluciones para permitir la personalización de estos volúmenes, que pueden ser ocupados sucesivamente por varios grupos. Así, el edificio de barrio es ante todo un espacio de identificación y de usos potenciales: se trata de crear experiencias y generar vínculos a través del trabajo en común con una huella inmobiliaria controlada.

 

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Fecha de publicación Febrero 2023